TORO - MAKEANDO WINES

Tengo un Toro que me da vino y un León que me lo bebe.

El Marco de Toro

La historia vitivinícola de la región de Toro es muy antigua, se remonta a la época romana. El vino, para este pueblo, era eje social, cultural e incluso, económico. Gracias a ellos se extendió el cultivo de la vid en el mundo y a lo largo de los siglos XII y XIII concretamente, los vinos de Toro, fueron objeto preciado de mercado.

Durante la Edad Media, Toro fue una de las ciudades más prósperas del Reino de León por su producción vitivinícola.

En este periodo gozaba de privilegios reales. Se atribuye a Alfonso IX, rey de León, la siguiente frase: «Tengo un Toro que me da vino y un León que me lo bebe». 

Así, durante el reinado de Alfonso IX, el vino de Toro era el único vino foráneo que tenía permitida la entrada en la ciudad de Sevilla.

De este modo, el vino de Toro va ganando fama a lo largo de la Edad media y en la primera mitad del S. XIV, Juan Ruiz, el Arcipreste de Hita en su Libro del Buen Amor, incluye el vino de Toro en sus versos.

En el libro titulado “El vino de Toro, historia, curiosidades y fiestas” de Mª Ángeles García Hernández, se dice que el vino de Toro fue el primero que Cristóbal Colón llevó a América. En este hecho, hubo un personaje que jugó un importante papel en la empresa del descubrimiento. Se trata de Fray Diego de Deza, nacido en Toro en 1443, que fue obispo de Zamora, confesor de la reina Isabel la Católica y amigo de Cristóbal Colón hasta el punto de que, se especula, pudo intermediar entre este y los Reyes Católicos para que financiasen su viaje.

Amante del vino de su tierra natal, hay quien asegura que fue este religioso toresano quien dio nombre a una de las tres carabelas,  “La Pinta”, en honor a aquella medida de vino utilizada en el siglo XV.

Participó de este modo en el Descubrimiento de América, calmando la sed y las heridas de la tripulación en la larga e incierta travesía, pues era conocida la capacidad de estos vinos para conservar su alta graduación alcohólica a lo largo del tiempo.

Hasta mediados del siglo XVII siguió exportándose a las colonias españolas.

Toro tuvo la suerte  de que en el siglo XIX, apenas fue afectada por la plaga de la filoxera que arrasó el viñedo en Europa, convirtiéndose así en una región exportadora, sobre todo a Francia.

En 1987, se funda oficialmente la Denominación de Origen Toro, que abarca dieciséis términos municipales de la zona, pertenecientes a las provincias de Zamora y Valladolid, y caracterizándose por ser una de las Denominaciones de Origen españolas con más viñedo viejo.

Cabe destacar las cepas prefiloxéricas en vaso y la variedad reina, la Tinta de Toro, con alta capa colorante y gran capacidad de guarda.